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Periodistas frente al dolor, ¿Cómo impacta cubrir historias de violencia y trauma?


Desde el punto de vista de Aluna [una asociación civil mexicana que trabaja desde la perspectiva psicosocial con personas defensoras de derechos humanos y periodistas], es importante situar que las experiencias de las y los periodistas no deben verse de manera aislada o individual, sino que son parte de un contexto social atravesado por diferentes violencias ejercidas por actores con poder.


Alicia Hernández, quien lleva 9 años viviendo en Venezuela, describe así el cómo se mezcla la cotidianidad venezolana con su labor periodística:

“Aquí todos vivimos —en cierto modo— con depresión, miedo o Síndrome de Estrés Postraumático. Veo titilar la luz un poco y me asusta, no hay agua, te cuidas el celular en la calle o de no salir tan tarde. Ahora mismo no hay escasez pero compro papel higiénico como si vivieras en una familia de diez personas. Te lo cuento y pienso: no es tan grave. Pero tener la vida medida en todo no es normal”.

Además de la escasez y los apagones, los periodistas en Venezuela enfrentan una batalla por su seguridad y libertad de expresión para cubrir y contar las realidades del país. Ese contexto ha permeado también en los círculos de amistad de Alicia. En el último año y medio la mayoría de sus amigos y colegas han salido del país. “Que te vayas quedando sin gente afecta mucho”, dice.

La violencia sociopolítica genera impactos que afectan el cuerpo, las emociones, las redes y el tejido social.

“Los riesgos físicos pueden ser agresiones directas como golpes, detenciones, tortura o desaparición. Pero también se ejercen en la psique y tienen que ver con el miedo generado por la violencia sociopolítica y que mucho es también la criminalización de la labor, el desprestigio, la censura, la autocensura, el desplazamiento forzado, el exilio. Y en los impactos emocionales hay procesos de culpa, de duelo porque hay pérdidas de muchos tipos, desde vidas hasta el mismo proyecto de vida”, explica Laura Espinosa, coordinadora del área de acompañamiento psicosocial de Aluna.

Alicia pasó mes y medio en España después de que salió de Venezuela en estado de shock. Luego viajó a Colombia, durante una semana, tras esto volvió a Caracas y al poco tiempo comenzó a escribir historias sobre la crisis sanitaria y cómo afecta a niñas y niños que tienen que hacerse trasplantes. Sin embargo, Alicia no volvió a Bolivar.


Fragmento de reportaje de la periodista Georgina González, publicado en LATAM. Consulta aquí la versión completa

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