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  • Wolfgang Seiss

Recuerdos que llaman a la acción

El tardío homenaje de la UNESCO a la vida y obra de Walter Reuter, un exiliado alemán en México que tuvo que abandonar Alemania en 1933 al comienzo del régimen nazi, nos recuerda, 90 años después, la situación de exilio forzoso vivida por los expulsados del régimen de Ortega en Nicaragua. En vista de esto, Alemania debería desempeñar un papel activo en el apoyo a los exiliados nicaragüenses.


Por Wolfgang Seiss


(Foto: Aristegui Noticias)


Historia alemana


En febrero de 2023, la UNESCO honró la obra del fotoperiodista alemán Walter Reuter como “Memoria del Mundo”. Sus 97 000 negativos y 12 000 impresiones dan testimonio de los cambios y la diversidad de México, que documentó desde su llegada a ese país, en 1942. Además, existen también casi 4 000 negativos de la Guerra Civil española y fotos de Argelia.


Walter Reuter, como tantos emigrantes alemanes, llegó a México huyendo de los nacionalsocialistas. La política migratoria mexicana en aquellos años era tolerante y francamente ejemplar en comparación con la de hoy. Pero esto se debió también a personas osadas, como el cónsul mexicano en Marsella, Gilberto Bosques, quien, incluso bajo la creciente amenaza de los esbirros nazis, nunca se cansó de emitir pasaportes y visas a refugiados alemanes y europeos para que pudieran ingresar a México: refugiados de diferentes clases sociales y con diferentes puntos de vista políticos, cuya similitud a menudo consistía únicamente en el rechazo o la persecución por parte del régimen nazi.


Walter Reuter, nacido en 1906 en Berlín-Charlottenburg, fue fotoperiodista. Trabajó para el periódico ilustrado obrero el Arbeiter Illustrierte Zeitung (AIZ), editado por Willi Münzenberg. En los años de la República de Weimar, sus fotos documentaron los ataques nazis contra judíos y disidentes, perpetrados por hombres de la SA. Sus fotos dan testimonio de la brutalidad de los nazis y también se hicieron presentes en el que se conoció como juicio del Edenpalast, un proceso judicial contra la SA y Hitler en 1931, en el que su amigo, el abogado Hans Litten (asesinado en el campo de concentración de Dachau en 1938), acusó a los soldados de las SA involucrados y a Hitler. Después de la toma del poder nazi en 1933, el arresto de Walter Reuter por el régimen nazi era solo cuestión de tiempo. Evadió el régimen nazi y se marchó a la España republicana. Allí documentó la resistencia contra los franquistas durante la Guerra Civil española y, tras la derrota de la República, llegó finalmente a Casablanca a través de una odisea por varios países, desde donde se embarcó para México en 1942, país en el que vivió y trabajó hasta su muerte, acaecida en Cuernavaca en 2005.


Ya en 1995 la revista Lateinamerika Nachrichten escribió un artículo sobre Walter Reuter y en diciembre de 1997 la revista Informationsstelle Lateinamerika (ila) publicó en Bonn una entrevista con Walter Reuter digna de leerse (cf. los enlaces al final del texto).


En 2006, un año después de su muerte, nueve instituciones y fundaciones alemanas activas en México (*) decidieron establecer el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter, que se otorga anualmente desde entonces. La idea de esta iniciativa única surgió de un colaborador de la Fundación Friedrich Ebert, quien anteriormente había trabajado como colaborador de la agencia eclesial Servicios en Ultramar y luego de Pan para el Mundo en Uruguay y México. En 2021, fue honrado con motivo del 15 aniversario del Premio Walter Reuter (**).


Walter Reuter nunca quiso regresar de manera definitiva a Alemania, aunque realizó repetidas visitas a ese país. Llegó a México con un pasaporte español porque la Alemania nazi le había revocado su ciudadanía alemana —como a muchos otros ciudadanos, judíos y no judíos por igual— y no pudo recuperarla sino hasta 1957.


Los nazis ya habían creado la base legal para esto en 1933 con la “Ley sobre la revocación de naturalizaciones y la privación de la ciudadanía alemana” del 14 de julio de 1933. En caso de que se iniciara el procedimiento, se preveía la confiscación de los respectivos bienes: en cuanto se revocara a alguien la ciudadanía alemana sus propiedades serían confiscadas por el Reich alemán.


Ya unas semanas antes de la mencionada ley, se promulgó la “Ley sobre la confiscación de propiedades comunistas”. No estaba dirigido contra personas, sino contra sus bienes. Además, en julio de 1933 los nazis promulgaron la “Ley sobre la confiscación de propiedades hostiles al pueblo y al Estado”, que extendió la esfera de actividad de la ley dirigida en un primer momento contra los comunistas a un círculo ilimitado de personas. La amplia extensión del término “enemigo del pueblo y del Estado” permitió, en principio, confiscar arbitrariamente los bienes de personas consideradas indeseables por el régimen.




¿La historia se repite? El caso de Nicaragua


90 años después, el 9 de febrero de 2023, el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, deportaron a Estados Unidos a 222 presxs políticxs: entre ellos exsandinistas, candidatxs presidenciales, empresarixs, manifestantes que participaron en los disturbios y protestas que han tenido lugar desde 2018 y periodistas que, como Walter Reuter en el Berlín de los años 20, documentaron los ataques de unidades policiales y paramilitares contra manifestantes, universidades e iglesias, e informaron al respecto. Como en los años 30 en Alemania y Europa, lxs deportadxs y exiliadxs reflejan la gran diversidad de la sociedad nicaragüense.


El mismo día, el parlamento nicaragüense adoptó una enmienda al artículo 21 de la Constitución sobre ciudadanía y aprobó una nueva ley que regula la “pérdida de la ciudadanía nicaragüense”. Se aplicó por primera vez en el caso de los 222 presos políticos que fueron deportados a los Estados Unidos como “traidores a la patria”.


El 15 de febrero, la Corte de Apelaciones de Nicaragua en Managua anunció el veredicto que privó a otras 94 personas identificadas como opositores políticos de todos los derechos políticos, despojándoles de la ciudadanía y confiscando sus bienes. Ellos también fueron tildados de “prófugos de la justicia” y “traidores a la patria”. En primer lugar, se inscriben notas en los registros de la propiedad, que prohíben a los propietarios, entre otras cosas, vender sus propiedades, como primer paso en la confiscación. Posteriormente, se realiza la eliminación de los datos de los asegurados del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, con el objetivo de confiscar ilegalmente sus pensiones.


Entre las 94 personas se encuentran escritorxs como Sergio Ramírez y Gioconda Belli, ambos exiliadxs desde hace algún tiempo; el periodista Carlos Fernando Chamorro, la escritora y feminista Sofía Montenegro, el obispo Silvio Báez, así como Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), socio de cooperación de larga data de Pan para el Mundo y una de las primeras de las más de 3 000 organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales prohibidas desde 2018; la más reciente fue Cáritas Nicaragua.


Entre los despojados se encuentran también Mónica Baltodano, ex miembro del FSLN, diputada del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) y una crítica de Daniel Ortega proveniente de las filas de los sandinistas, así como Arthur McFields, ex embajador de Nicaragua ante la OEA, quien renunció a su cargo en 2022 y acusó al régimen en Nicaragua de haberse convertido en una dictadura.


También, en parte debido a las experiencias con el Tercer Reich en Alemania bajo los nazis, el derecho internacional y la Convención para Reducir los Casos de Apatridia (de la cual Nicaragua es parte) prohíben la privación arbitraria de la ciudadanía, especialmente si se trata de una medida punitiva basada en motivos políticos.




¿Qué aprendemos de la historia?


A consecuencia de las expulsiones y expatriaciones, Estados Unidos ha garantizado a las personas desplazadas un derecho temporal a quedarse; países como España, Chile, Colombia, Ecuador y México les han ofrecido la ciudadanía. Pero se necesita más que una nueva identidad cívica y estatal, como muestra una mirada a la historia alemana: los exiliados encontraron un nuevo hogar en España y México, pero también una nueva vida, un nuevo trabajo. Al mismo tiempo, tuvieron que luchar por sus derechos de ciudadanía y pensión en la Alemania de la posguerra.



¿Qué contribución pueden hacer las instituciones e instancias alemanas en el contexto de su propia historia?


El gobierno federal alemán no está en la lista de países que han prometido públicamente la ciudadanía o el apoyo a las personas exiliadas y privadas de derechos por la fuerza y a sus familias. Y es cierto que las barreras lingüísticas son más altas que en los países de lenguas romance. Pero éste no es un argumento en contra de la oferta de ciudadanía, porque muchos exiliados alemanes que llegaron a México a partir de 1933 no hablaban español. En vista de la experiencia de Alemania bajo el nacionalsocialismo, es urgente examinar cómo Alemania puede apoyar activamente a lxs nicaragüenses afectadxs y a sus familias. Las nueve instituciones alemanas que cooperan en México en el marco del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter pueden servir de modelo para ello, junto con el Servicio Alemán de Intercambio Académico, profesionales de los medios de comunicación y otros patrocinadores, por ejemplo.




Notas al pie:


(*) El Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter es otorgado anualmente por nueve instituciones y fundaciones políticas alemanas activas en México: la Embajada de Alemania, el Goethe-Institut Mexiko, la Deutsche Welle, la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria, la Fundación Friedrich Ebert, la Fundación Konrad Adenauer, la Fundación Friedrich Naumann, la Fundación Heinrich Böll y la Fundación Rosa Luxemburgo.


(**) La periodista mexicana y presidenta del jurado del premio, Carmen Aristegui, dijo en la ceremonia de premiación: “Jürgen Moritz fue el primer gran impulsor de un reconocimiento desde Alemania al trabajo periodístico en México. Ese gran impulso se convirtió en el Premio Walter Reuter que ahora es una realidad y que ha logrado que las organizaciones que convocan se hayan mantenido unidas. Aunque es difícil imaginar lo contradictorias, lo plurales, lo diversas que pueden ser estas organizaciones en Alemania, en este caso han mantenido un hilo de unidad a favor del periodismo de investigación en México.


Enlaces (en alemán):

· Revista Lateinamerika Nachrichten sobre Walter Reuter - “Walter Reuter: Alemania-España-México”

· “Yo era más bien un outsider - Informationsstelle Lateinamerika (ila) Bonn: Entrevista con Walter Reuter en 1997

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