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  • Edgar Chávez Hernández

Claves hacia el acompañamiento psicosocial, "cuadernillos poderosos y enriquecedores"




Ponencia del doctor Edgar Chávez Hernández durante la presentación de la segunda edición de los cuadernillos "Claves hacia el acompañamiento psicosocial", actividad realizada el pasado 10 de abril en el marco del 11 aniversario de Aluna.


Agradezco la posibilidad de encontrarme el día de hoy con ustedes a través de Gabriel Montes De Oca, asistente del Proyecto Sobre Desaparición Forzada en México y América Latina de la Rectoría de la Unidad Cuajimalpa de la UAM y del diplomado del mismo nombre, dando voz y participación a esta intervención pero también representando a nuestra universidad en un acto tan distinguido e importante para quienes seguimos y tomamos como un referente indispensable de pedagogía de los derechos humanos en México a ALUNA ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL.


El Proyecto sobre Desaparición Forzada en México y América Latina de la UAM Cuajimalpa, se congratula en poder participar en esta presentación, haciendo una lectura íntima de estos textos que muy decididamente hemos hecho parte de nuestra bibliografía propia además de la propuesta integral en el diplomado sobre Desaparición Forzada que transitamos ya hacia su 4ª edición por iniciar en 2024 con la participación docente de destacadas personalidades en el ámbito psicosocial como Clemencia Correa, Valeria Moscoso, Carlos Berinstain entre otras y otros ponentes que nos han enseñado que el enfoque psicosocial y su acompañamiento implican compromiso decidido y una escucha atenta en todo momento.


En México las graves violaciones a derechos humanos en las últimas décadas han ido en aumento y ciertamente a 2024 no se detienen. No es un secreto, es más bien una sensación cercana, palpable donde muy diversos crímenes han permeado también en la sociedad y a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. La palabra forzada se ha hecho también presente entre nosotras y nosotros, es una denuncia permanente por visibilizar la condición de muchas víctimas en este país que no son escuchadas y son constantemente re victimizadas por un sistema que las niega y las denosta en muchos casos, cuando incluso en otros permisivamente son cegadas sus vidas.


En ese árido y difícil contexto, acompañar es caminar de forma conjunta y no solamente de forma solidaria, implica tomar partido y posición política y remitir a las injusticias y la exclusión social como parte de una explicación amplia que busca nombrar también a las y los sujetos y sus derechos para fortalecerles, ALUNA ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL justo ha hecho una escuela a lo largo de una década en acompañar y formar a diversas personas, colectivos y organizaciones con sus aprendizajes y sus enseñanzas. Nos ha marcado y nos ha mostrado el camino para entender las claves que Ignacio Martín Baró y muchas y muchos más nos han legado para instrumentar los mecanismos y las estrategias que fortalezcan el espíritu psicosocial y liberador del grupo, porque no basta con aprender si no se comparte, los referentes nutren y desarrollan la práctica diaria aunque los caminos tomen diversos rumbos, los elementos fundantes si bien determinan el enfoque psicosocial, no serían genuinos sin la lucha diaria de quienes vivencian dichas resistencias y que retroalimentan la construcción de justicia y de verdad.


Las responsabilidades del Estado siguen presentes como parte fundamental de quienes participan, propician o posibilitan diversos crímenes y en ello se implica la violencia política no sólo de forma directa, también indirecta con el aumento de la macrocriminalidad enraizando en nuestro país un andamiaje perverso de perpetradores criminales que instrumentan impunemente. Normalizar estos paisajes de la violencia y el dolor en nuestros entornos y a nivel nacional ha devenido en una lucha por reconocer también las vulnerabilidades en las que estamos insertas las y los defensores de derechos humanos, los periodistas y quienes documentan de cerca todas estas atrocidades en el día a día, pero sobre todo acompañar y trabajar sobre esas heridas que se acumulan en el tejido social de nuestras comunidades y bajo la propia piel.


Cuando hablamos de la desaparición forzada de personas podemos dar cuenta que no sólo no hemos podido detener estos crímenes, sino que van en aumento, y sí para nosotras y nosotros como Proyecto pero también como equipo y grupo de trabajo conformado por familiares y acompañantes de colectividades en México y nuestra América todas las desapariciones son una afrenta política por que implican al Estado como garante de la seguridad de las personas, de sus vidas y de su bien más preciado sus familias.


Tener un familiar desaparecido en México se ha tornado en una lucha de resistencia por mostrar en la mayoría de los casos a un Estado omiso y cómplice, y que en otros tantos casos busca limitar el acceso a la justicia de quienes buscan a sus seres queridos desmotivando las denuncias o el seguimiento a estas, estableciendo un lenguaje confuso y lleno de eufemismos como “No localizados” o “ausentes” para justificar la invisibilización y la normalización de estos crímenes.


Buscar a un familiar desaparecido en México no es una opción y se torna forzada esa búsqueda inmediata, desde este proyecto hemos pugnado porque estas búsquedas no se romanticen más, las madres buscadoras no son el reducto ni la salvación de nadie, ellas mismas lo han manifestado en diversas ocasiones y espacios. La ética y el compromiso social y político deviene también en fortalecerlas con un enfoque psicosocial como el que compartimos y hacemos nuestro con Aluna y otros espacios de vinculación y aprendizajes.


Reconocerles diariamente como sujetas y sujetos de derecho, y haciendo patente su carácter de expertas y expertos en diversos temas de la búsqueda, localización e identificación desde la propia universidad no es una gratuidad, es más bien una exigencia y un mandato que desde las familias de personas desaparecidas hemos asumido permanentemente. Nos ha planteado un reto complejo desde los procesos de enseñanza aprendizaje compartidos dentro y fuera de la universidad, asumirlos de forma militante y entendiendo que el empoderamiento y los espacios de formación que ellas y ellos han construido conjuntamente con la universidad no pueden tampoco normalizarse, pues una oferta académica basada en la necesidad de las víctimas debe estar condenada a no existir un día, al menos ese es nuestro mayor anhelo, la promoción de aprendizajes para luchar por la no repetición de estos crímenes.


Nuestro trabajo no es una isla en medio del mar, ha sido y es definitivamente una inspiración de espacios muy valiosos y de experiencias como las de Aluna entre muchas otras alianzas en México y Latinoamérica a quienes seguimos y escuchamos gustosamente desde hace tiempo, nos remiten a entender que actualizar las pedagogías en la producción y promoción de los derechos humanos, la divulgación y la construcción de escuchas atentas en las propios espacios universitarios no puede ser un trabajo en solitario.


En ese sentido, estamos seguros que establecer un compromiso histórico y ético con un enfoque psicosocial como el de Aluna Acompañamiento Psicosocial ha sido determinante en su andar y la producción de conocimientos para la incidencia, y es así que sus publicaciones son referentes invaluables para quienes trabajamos con un enfoque psicosocial e incluso para quienes desde otros ámbitos deseen entender mejor las graves violaciones a derechos humanos que aquejan a México y a la región.


Es el caso de LAS CLAVES HACIA EL ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL, cuadernillos poderosos y enriquecedores por su capacidad socializadora del conocimiento y su desencriptación estratégica de conceptos, marcos legales y desde luego la comprensión de algunos impactos y afectaciones para afrontar los daños y promover desde luego una defensa integral. Habilitar la posibilidad de acercarse a dichos aprendizajes de forma sintética y accesible nos demuestra la importancia de transversalizar los contenidos de tal forma que se puedan asociar para su reflexión final pero también para leerse por separado concentrándose en un fenómeno en particular, ya sea la tortura y tortura sexual, el desplazamiento forzado, detención arbitraria así como la desaparición forzada.


Re editarlos es un bien común necesario que remite al debate de las pedagogías que se han implementado al calor de las luchas sociales y políticas en nuestro país en diversas épocas, pero que por mucho no dejan de ser actuales por la necesidad de atención y acompañamiento psicosocial que sigue siendo un adeudo histórico del Estado y sus instituciones.


La crítica social y desde los derechos humanos que podemos remitir hacia el Estado de Derecho vigente y sus marcos jurídicos, nos reviste la importancia de dar al testimonio de las víctimas un cuidado irrestricto de los protocolos existentes para su atención, en particular para las infancias y las juventudes que en muchísimas ocasiones están desprovistas de la protección del Estado, cuando no de la impericia y la falta de sensibilidad y conocimientos de personas juzgadoras y las funcionarias y funcionarios que debieran atender con dignidad, tratos diferenciados y revistiendo la importancia de poner al centro de toda investigación las vulnerabilidades de estos sectores, por supuesto de su reparación.


El acceso a la justicia pasa por un incipiente pero sumamente necesario análisis de contexto de quienes buscan denunciar en este país, y podemos apreciarlo en los cuadernillos de forma transversal, los riesgos que enfrentan y su posible revictimización desde diversos niveles, fortalecerles y acompañarles son contenidos esenciales que están presentes también. Pensarles en tiempo y espacios adecuados, y sobre todo plantear estrategias y acciones tendientes a la protección de la salud, la higiene psicoemocional de quienes llevan a cabo la práctica de los derechos humanos y desde luego reconocer que el trabajo multidisciplinar y transdisciplinar de Aluna remite a una experiencia holística que fortalece la exigibilidad de derechos en situaciones y contextos de desigualdad frente al autoritarismo y sus mecanismos represivos son también recursos de aplicabilidad y que invitan a instrumentar la práctica de los derechos humanos con un compromiso renovado.


La construcción de verdad y justicia, la recuperación de la conciencia social frente al miedo y el “daño infringido” colectiva y socialmente como remiten los cuadernillos al concepto de trauma psicosocial de Martín Baró, y los recursos para el afrontamiento son desde luego esencias imperdibles de esta pedagogía liberadora, tanto la escuela de Freire como la de Baró están presentes en la influencia de Aluna y de esta edición.


Los cuidados y responsabilidades de defensoras y defensores en lo general, de quienes deben ser reconocidas como personas defensoras de derechos humanos, por su práctica y por los riesgos y los elementos fundantes del acompañamiento psicosocial debieran no sólo ser referentes permanentes en el ámbito de las víctimas y de su defensa, considero que los recursos pedagógicos y académicos desde las universidades públicas deben marcar una época en la que la apertura de la información será determinante para el futuro de las nuevas generaciones, no podemos apostar a que estos vientos de democracia sean permanentes, el acecho de los autoritarismos y las regresiones a épocas de oscuridad con gobiernos militares o de represión política no son improbables.


Tan sólo debemos hacer memoria y énfasis en los acontecimientos criminales que en 2024 nos han sacuiddo, y que desde la Rectoría de la UAM Unidad Cuajimalpa y su Proyecto Sobre Desaparición Forzada condenamos enérgicamente como la privación de la libertad y la desaparición, hasta el día de hoy, de la buscadora Lorenza Cano Flores en Salamanca, Guanajuato, el 15 de enero de 2024, además de los asesinatos de la buscadora Angela Almeraz León, en Tecate, Baja California, el jueves 8 de febrero de 2024 y el buscador Noé Sandoval Adame, el 13 de febrero de 2024 en Chilpancingo, Guerrero, quien buscaba a su hijo desaparecido desde noviembre del año pasado. La responsabilidad del Estado en la falta de protección y seguridad de las personas que buscan a sus seres queridos en México es evidente y no dejamos de señalarla. Son al menos 22 personas asesinadas desde 2010 a 2024 que buscaban a sus seres queridos, con ellos el miedo y la zozobra de sus familias y comunidades están presentes, es aquí donde justo estos cuadernillos y sus contenidos son fundamentales para seguir caminando y acompañando diversos procesos, que podamos reconocernos mutuamente y que la exigencia para que estos y otros crímenes sean investigados deba ser permanente.


Nombrar, conceptualizar y visibilizar los derechos humanos, el acompañamiento psicosocial frente a las graves violaciones de derechos humanos, los impactos, afectaciones y los recursos de afrontamiento frente a diversas violencias y crímenes son parte de los esfuerzos y del trabajo continuado y decidido de Aluna. Que ha tendido puentes de comunicación e incidencia para instrumentar la pedagogización de dichas estrategias para socializarlas y compartirlas y reflexionarlas. Por supuesto la invitación de Aluna será siempre a la acción participación y desde este Proyecto nos sumamos a su propuesta y hacemos nuestras sus enseñanzas.


Pedagogizar el acompañamiento psicosocial como un bien común es y estoy seguro será la tarea por muchos años de Aluna Psicosocial para defender los derechos humanos de forma colectiva y donde afrontar las vicisitudes y las tragedias no sean nunca más tareas solitarias y donde incluso los impactos y afectaciones no sólo de las víctimas sino también de las personas defensoras estén presentes en la agenda social, política y académica de los derechos humanos. Gracias.


Dr. Edgar Chávez Hernández

Coordinador Proyecto sobre Desaparición Forzada en México y América Latina Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa

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